Diosa

martes, 28 de abril de 2009

… y como hundió su húmeda y cálida lengua en la profundidad de mi boca, supe que no sería “sólo un acostón más”

Era la primera vez que asistía a “Sodoma”, el lugar gay más exclusivo y underground de la ciudad. El lugar al que sólo entrabas bajo una buena recomendación, el lugar de las puertas casi impenetrables por simples mortales y ubicación encrucijada donde toda la fantasía se volvía realidad y viceversa. El Lugar. Sodoma.

Increíblemente y tras dos horas de rondar el área y no rendirme hasta encontrarlo, estaba ahí atravesando las pesadas cortinas de negro terciopelo e introduciéndome por un largo y oscuro pasillo, con un empapelado notablemente viejo y cuadros con bellos chicos desnudos.

Poco a poco me interné en ese pasillo que a escasos metros dejó escuchar su música y gemidos como señales inequívocos de vitalidad detrás del segundo par de cortinas.

No terminaba de dar crédito a las escenas que llenaban mis ojos. Comenzando por el chico que repartía condones, dildos y lubricantes como si de canapés se tratara, seguido por cientos de cuerpos desnudos y sudorosos, moviéndose cada uno con su propio ritmo, otros tantos tal como yo, solo éramos espectadores del enorme espectáculo. Osos, chicos delgados y musculosos, tatuajes, y piercings, instrumentos de flagelación, castigo y placer, todo en un mismo lugar.

Recorrí todo el lugar hasta que la vi recostada en su diván como una inmaculada Diosa, escoltada por un par de efebos, tan lindos como lo era “ella”.

La creí inalcanzable, y lo fue hasta el momento en que uno de sus guardianes me llamó y me condujo a una habitación alejada de todo el espectáculo orgiástico.

Estaba en un cuarto con iluminación muy tenue, despojado de mis ropas, recostado en una enorme cama y atado de manos, solo vi la silueta de esa Diosa inalcanzable.

Sentí sus manos sobre todo mi cuerpo y la deliciosa y violenta forma en que me embestía, al final de todo esto sólo pude sentir sus labios... y como hundió su húmeda y cálida lengua en la profundidad de mi boca, supe que no sería “sólo un acostón más”

4 comentarios:

Anónimo dijo...

pese a parecer un acolito de calderon... dejemos los contactos contactos para mas adelante jeje


me fascino el relato



Anónimo dijo...

buen relato, me encantó
Ojalá tod@ pudiesemos alcanzar a es@s diosas/dioses.
¡Quién com ud!

Saludos!



ge zeta dijo...

O sea que te cogió una drag queen. No entendí muy bien T___T



Manguito dijo...

Auuuch! Yo quiero ir a ese lugar... U_U