CARIM (cuento)

sábado, 27 de junio de 2009


PARTE I

Ella era una simple mortal, vacía y triste como la mayoría de los mortales. Quien diría que en ese mundo perverso y diferente, se encontraría frente a frente con un ser devorador de almas…

Hechicero reencarnado en cuerpo de mujer. De ropaje oscuro, en un día bello, se llevó a la mortal a caminar. Seductor y depresivo hechicero con hambre de un alma después de tantos años, incitó a la mortal a besarlo, a probar de esos labios mágicos de mujer anhelante sólo para robar su alma.

La mortal accedió, saboreando un beso tan cálido pero seco, seco como las arenas solitarias del corazón del hechicero, sin embargo, la mortal supo en ese instante lo que más deseaba en el mundo…

El hechicero desilusionado alejó a la mortal de aquellas tierras, triste por no poder quedarse con su alma confundida.

Entonces la pequeña mortal partió hacia su búsqueda, la búsqueda de los devoradores de almas, la búsqueda de la respuesta al por qué tan poderoso hechicero no pudo quedarse con su alma…

Carim, el nombre de aquella mortal, dio vueltas en el mundo de los devoradores, como la leyenda de un alma poderosa difícil de robar.

Carim caminó mucho hasta un lugar lejano que se decía era su hogar y permaneció ahí durante medio año, medio año en el que algunos devoradores la buscaron sin éxito. Cuando supieron que ella se encontraba en esa pequeña aldea, Carim se había ido… retomando su búsqueda.


PARTE II

Carim llegó a un antro de seres mágicos y oscuros… lugar donde acudían devoradores.
Al entrar vio inmediatamente una vampiresa, platicando seriamente con una bruja wicca, ambas hermosas.

Se decía en otras mesas que la vampiresa había robado fragmentos del alma de la wicca y ahora que por fin la bruja buena logró escapar de la maldición, debía fragmentar otra alma para reestablecer la suya.

Carim se acercó a ellas, y la colmaron de pociones embriagantes para que no escapara… la vampiro le sorbió un poco de sangre para debilitarla e intento su alma robar… pero fue peor que la primera vez. Sus auras chocaban, el beso era frío y seco, sin proveer ni una pizca del alma.


La vampiresa molesta miró los hermosos ojos de la wicca, de la cual podía notar su corazón acelerado por probar los labios de Carim.

Carim pudo sentir enseguida la tristeza alrededor de la wicca, su calidez y fragilidad. Besarla fue irresistible… y a medida que sentía esos labios de terciopelo, dejaba escapar su alma solo un poco.

La wicca enrojecía su aura, se pegaba más a la mortal, y sucumbía ante el encanto desconocido de esa dulce alma.

Carim reaccionó… y no pudo continuar el ritual. La wicca se encontraba perdida en sentimientos y pensamientos de amor y desamor, Carim sintió una pasión y deseo impresionante, y en sus labios un cosquilleo electrizante, causado por tan tierno e intenso beso lento.

Carim se alejó con dolor y culpa pero a la vez tan feliz y satisfecha por encontrar mas pistas referentes a su búsqueda.

Entonces Carim se dio cuenta de su capricho, vanidad y egoísmo… y no pudo más que sonreír descaradamente.


PARTE III

Carim conoció un genio mágico reencarnado en mujer que le recordó un poco al primer hechicero. Este genio tenía fama de bueno, pero con el oscuro secreto de que alguna vez fue un devorador.

Carim lo sedujo, lo engañó y lo convenció de que robase su alma, pero él, sabio y amoroso le preguntó, ¿Qué pasará después? Carim enmudeció al saber la respuesta…

“No pasará nada, lo intentarás sin éxito. Yo al contrario, robaré algo de ti, tendré tu amor, tu corazón, o por lo menos un fragmento de él. Después no hay más…”

El genio le propuso la corona, ser reina, ser la única en su corazón y ella lo rechazó y huyó de nuevo.

Carim tuvo de nuevo dudas, y se sintió plenamente vanidosa, caprichosa, exitosa… exitosa con su empresa de robar un pedazo de corazón a los llamados devoradores. Feliz de sentirse tan bella y poderosa a veces.

Malvada, ruin y sin conciencia… mortal y confundida… pero embriagada de tantos sabores de corazones inmortales.

Por eso Carim decidió marcharse a su hogar y olvidar a los devoradores que conoció, incluidos los mencionados aquí. Decidió irse para dejar de ser tan ruin, para dejar el vicio de esos labios palpitantes de mujeres inmortales anhelantes de almas frágiles.

Su alma no era frágil, era insaciable… degustaba amor como si de cualquier cosa se tratase. Vicio incontrolable, vicio lleno de dolor y placer.

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Si les gustó publico el resto, si no... pues me avisan y publico otra cosa xD

2 comentarios:

Bull dijo...

wow! yo si quiero que publiques el resto, me gusto un chingo



Gonzalo dijo...

Hola,
hay un premio para ustedes en mi blog.

Saludos