¡ABAJO LAS ETIQUETAS! ¡El sexo es sexo y punto!

miércoles, 4 de noviembre de 2009



Una de las cosas más raras para mí es la etiquetación de determinados grupos según la sexualidad que practican, como por ejemplo, que sin son heterosexuales, homosexuales, lesbianas, bisexuales, transgéneros, transexuales y desde hace como un año, intersexuales, pero ¿acaso una persona por ciertas prácticas debe ser catalogado en alguna de ellas? Esto lo digo por mi caso particular, puesto que les diré una cosa: yo no soy muy heterosexual que digamos, pero tampoco les digo de una buena vez que soy homosexual ¿si me entienden? Podrían ustedes pensar que yo tal vez sea bisexual, pero para esto debe de haber una interacción equitativa entre mi hipotética pareja y su servilleta (y claro, esto lo dice alguien que no ha tenido ni un@ pareja desde que uso de razón), o tal vez sería que fuera heteroflexible, pero para esto tiene que haber otras cositas para ponerme la citada etiqueta de una buena vez.

Como tengo ya la sospecha de que los estoy haciendo bolas en tan poco texto, sólo les comentaré que para mí, la sexualidad es el pleno disfrute de nuestro máximo placer sin pensar en “el qué dirán”, “el pecado” y otras telarañas mentales; y que cada quién tiene el sano derecho de disfrutarlo como se les pegue la gana. Por ejemplo, me pongo a mi mismo: me llaman la atención los hombres como fines de excitación y toda la cosa, pero cuando se trata del acto carnal, prefiero hacerlo con una mujer. Esto podría ser un síntoma de que tal vez esté en lo erróneo, no tenga identidad sexual (por lo que es urgente un acostón, según esta corriente) o que mi subconsciente me indica el quererme volver “machín”, la neta no lo sé, pero aún así la sigo disfrutando y listo, y si todo esto sigue así hasta los 30 o 40 años, pues no importa para mí. Al menos tengo la convicción de que estoy disfrutando mi sexualidad sin que alguien me diga “es que eres un maricón, no te gustan las viejas” o “no mereces ser homosexual, pinche reprimido de clóset”, porque como podrán ver, no soy ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario (al final resultó más revuelto que los cables de mi laptop, sorry). Es por eso que para evitarme problemas conmigo mismo, lo que pienso simple y sencillamente es lo siguiente: “Yo no soy hetero, ni gay, ni heteroflexible ni bisexual, solamente soy Pablo Cabañas y punto, y así me siento cómodo”, y por supuesto, a pesar de tener rastros de conservadurismos (secuela de una vida infantil idílicamente religiosa), disfruto como pueda y en la medida de mis posibilidades mi sexualidad, desterrando (o por lo menos, el intento de eso) las cucarachas dizque moralinas que pululan en mis neuronas. Y claro, déjenme decirles que aquí en mi ciudad, cuando me ven, piensan que soy un chavo tranquilo, desinteresado en el sexo y otras cosas, el cual también es aplicable para los amigos-colegas.camaradas del ciberespacio, pero nadie sabe que debajo de esa carita de niño inocente (a mis 23 años, zafo), existe un juguetón sexual con proezas más que nada teóricas, léase imágenes y dibujos (algunos míos). Práctica no tanto porque supongo que nadie (mucho menos en un ambiente tan libre como acá) se escandaliza por la masturbación.

Como sea, el caso es que ustedes, car@s lector@s, saben cómo se disfruta la sexualidad: hombres con hombres, mujeres con mujeres, hombres y mujeres, tríos, sadismo, masoquismo (o ambas), heteroflexibilidad, transvestismo, aclarando también que lo único reprobable en términos sexuales es la espantosa trinidad formada por la pederastia, necrofilia y zoofilia (bueno, cuando se trata de dibujos furry, como en mi caso, es aceptable); en fin, es una de las grandes revoluciones de los últimos tiempos, y claro estas luchas por la reinvicación de la diversidad sexual será considerada conquistas cuando ya la sociedad se quiten el chingado velo de la estulta mojigatería (Oh sí, vivimos en un país siempre güey fiel, puag).

De todas maneras, quiero expresar mis más sinceras felicitaciones por este aniversario de Gaycolectivo, permitiéndome participar como colaborador invitado, aprovechando su aniversario en este que es el blog de la diversidad sexual.

Desde la tierra de los panuchos, de la cochinita pibil y de la longaniza asada (especialidad de Valladolid, don’t forget), les saluda

9 comentarios:

abc dijo...

Pablo, yo igual soy de Merida. Igual leo este blog, hahahaha. Saludos para todo el colectivo



La Maga dijo...

Hola Pablo:

Ser lesbiana, gay, transexual, bisexual no es, creo yo, portar una etiqueta sexual sino una filosofia de vida más integral: amo la psiquis femenina, amo convivir con una mujer y más allá de la satisfacción sexual, es una posición política más totalizadora.

La denominación no me pesa porque soy lesbiana desde pequeña y nunca fui heterosexual ni bisexual. No se trata de auto-rotularnos o auto-etiquetarnos. El estudio de género conlleva, precisamente, las siglas GLTBI y sus clasificaciones. Como no llevo, a esta altura de mi vida, ni un rasgo de homofobia internalizada puedo llamar a las cosas por su nombre, sin temor o represión a las palabras.

Tengo visibilidad 100% y salida del Armario total: mi familia, vecinos, amigos, compañeros de trabajo y superiores saben y respetan mi orientación amorosa: Mujer que ama a mujer. Y una militancia natural en cada espacio vital que desempeño.

((Un beso))



Gus dijo...

De acuerdo contigo en el punto de las etiquetas, Pablo. Simplemente SOMOS, independientemente de la palabra que hayamos escogido para describirnos.

Saludos.



Gus dijo...

Por cierto, Gaycolectivo! Se solicita la presencia urgente de cualquiera o todos los integrantes en mi blog: http://lasvirgenesimaginarias.blogspot.com/, hay algo para ustedes ahí.

Sí, ya se que deben tener montones de premios, pero sería bonito que recogieran ése, se lo merecen (el pedo es que no se como le harán para cumplir algunas de las reglas del premio,je).

Besos y abrazos y de nuevo feliz aniversario!



Subversiva dijo...

Excelente post.

Me identifico mucho con lo que escribes, muchas veces aún con mis amigos homosexuales han intentado "clasificarme" en algún rubro sexual, cuando yo les digo que suelo enamorarme o que me llaman la atención las "personas" y no el género o rol social, simplemente creo en la química física y mental que me hagan voltear a ver a alguien.

Creo que viene a colación la frase de la maravillosa "Trainspotting":

"...1,000 years from now there will be no guys and no girls, just wankers. Sounds great to me..."

Espero que asi sea!


Saludos!



ge zeta dijo...

Exacto. Esto me recuerda a una plática que ya hace mucho tiempo mantuvimos en el messenger ¿Lo recuerdas?



Pablo Cabañas dijo...

Por supuesto, y las opiniones de los comentadores de acá lo refuerzan...
Creo que estos (más lo dicho por Morinakemi sobre el futuro como "personas" es más que suficiente).
:D



Raisa Pérez dijo...

Paolo...
Qué chido que hayas escrito y aún mejor que hayan personas tan sensatas como tú.

La vida hay que disfrutarla, sólo se vive una vez y cuando se vive bien, una vez basta!
No hay que andarse con tapujos ni mamaderas.

=) A lo pantera!!!
Eres Pablo Cabañas y yo te quiero así por ser una gran persona con una graaan graaaan personalidad!!

Saludos a todos!



Jaime Rivera dijo...

Estoy de acuerdo en que las etiquetas que se basan en la conducta sexual no deberían clasificar a las personas.

En ese sentido, es como si prefieres comer pizza o tacos.

Pero resulta que asociado con la conducta sexual, normalmente hay un rol de género, y eso sí nos hace muy diferentes.

Eso se puede notar cuando ves a alguien en la calle y sabes su preferencia sexual sin necesidad de verlo o verla desnudo ni haciendo nada con nadie. La manera de caminar, el vestir, la voz, las actitudes, etc., muy frecuentemente (ojo, no siempre) corresponden con nuestra identidad sexual.

Si bien tú no has tenido experiencias carnales, seguramente debes tener un rol de género. Es difícil escapar a eso, aunque no imposible.

Me gustó mucho el post. Saludos.