Cu-cu-cu-cuéntame

jueves, 17 de diciembre de 2009

*Aquí les dejo otra entrada con esas cosas que luego escribo y ahí quedan, enjoy!


Quiero encontrarte. Cachar una de tus miradas perdidas y desparramarla ante mis ojos. Verte desde lejos y seguirte en tu camino al baño. Tomarte de la cintura y besarte el cuello. Taparte los ojos cuando te des la vuelta y apretar tus labios con los míos. Para cuando los hayas abierto de nuevo –tus ojos- ya me habré ido.


Me gusta seguir personas, así que te seguí a ti. Te detuviste para cruzar la calle, ahí fue donde quedé a lado tuyo. Me sonreíste y apartaste la mirada –es difícil que en una ciudad tan grande como esta, alguien se digne siquiera a mostrar un poco de simpatía- sonó tu celular, y vi como se movía tu boca. La voz de Charlotte Gainsbourn se estrellaba en mi cabeza. Te seguí hasta ese café, donde llegó él a recogerte. Te puso una mano en la nalga mientras se besaban. Tú no te moviste.


Conocerte, perderme en tu voz, emborracharme de tu olor. Poner mi dedo anular en tu frente, e irlo resbalando, como lo hace el agua que cae sobre ti. Detenerlo en tus ojos y cerrarlos, luego en tu nariz, brincar en tu boca, deslizarlo en tus labios, meterlo. Mi mano en tu cuello, mi boca en tu pezón derecho. Morderlo, apretarlo, pasarle mi lengua. Deletrear el abecedario con ella. Después de la c, ella habrá enloquecido, así que toma su propio camino. No la detengas, no te apartes, quédate así: quieta.


Ven conmigo, déjame adorarte, aprender tus gestos, tu manera de caminar, tus movimientos, los lunares y cicatrices que tienes en el cuerpo. Permíteme ahogarme en tu sexo, escuchar tus palabras, oler tu cabello. Cojeme en el baño, donde nadie tenga que vernos, muérdeme fuerte, déjame tus marcas, como si fuera tuya, de tu propiedad. Cierra la puerta, siente mi urgencia, mis ganas de taladrarte con mis manos, de recoger toda tu esencia con mi nariz, de tragarte, de fundir mi piel con la tuya. Apriétame ahora, que no hay mañana que nos sostenga. Déjame besarte hasta el cansancio, hasta el hartazgo. Y luego ignórame, olvídame, así, en ese orden.


Te querías ir, y yo estaba muy borracha como para pedirte que te quedaras. Tomaste tus cosas y brincaste por la ventana. Cuando desperté ya habían recogido tu cuerpo y lavado tu sangre. Por eso no contestaste mis llamadas ni respondiste mis correos. Me rebané el cuello porque no soporté tu olvido, tu ausencia.


Demando tu presencia, tu historia inconclusa, tu gusto por los perros, tu exceso de sueño, compartir maquillaje, rentar películas que no terminaremos de ver, tu cuerpo moviéndose tan próximo al mío. Tus frases revueltas, tu afán por contármelo todo, pero siempre ocultarme una parte.


¿Sabes cuánto amor tengo para dar?

Todo el que era para mí, ni más, ni menos.


5 comentarios:

KFG dijo...

Nais.
También me gusta seguir personas.
Im a stalker, not a talker.



ge zeta dijo...

Cursi. Bueno no.

¿Qué pedo? Se asustaron todos creo.



Bull dijo...

Perfect.



Anónimo dijo...

Ge Zeta tengo miedoooo. ¿Por qué nadie me comenta? U_U ¿acaso no les gusta lo que escribo? Y_Y



Beckiee dijo...

:O me gustoooo muchoo!! sin palabras...