Recomendación de la semana: Tiempo de Vivir (Le temps qui reste, François Ozon, 2005)

miércoles, 24 de febrero de 2010

La semana pasada me compré una película en una popular tienda de música y películas, ahora les traigo la crítica:

Tiempo de Vivir (Le temps qui reste, François Ozon, 2005)

Romain [Melvil Poupaud] es un fotógrafo de moda de treinta y un años, gay, egocéntrico y arrogante, que descubre que el cáncer ha invadido su cuerpo. La esperanza de recuperación es prácticamente nula y la muerte cuestión de tiempo.

Su primera reacción es descargar su ira sobre sus padres, su hermana y, por último, sobre su novio, al que expulsa del piso que comparten. Ninguno de ellos conoce el secreto que explica su conducta.

La soledad que siente después le lleva hacia su abuela, primera persona a la que confiesa su enfermedad en un alarde de falta de tacto, al decirle «estás tan cerca de la muerte como yo».

La necesidad de tener un hombro en el que apoyarse le lleva a su antiguo novio, que le rechaza.

La película se centra en el drama humano de un joven, profesional de éxito, de situación económica desahogada, que de improviso se ve enfrentado a la fatalidad de una muerte próxima. La obra es el segundo título de una trilogía del autor sobre el tema de la muerte, que se inició con "Bajo la arena" (2000) y que se ha de cerrar con una obra sobre un niño.

El film contiene varias de las constantes de Ozon: desintegración de la familia tradicional, naturaleza efímera del amor, vigencia del amor ocasional (amores de un día), dificultad de comunicación de las personas, temor a la muerte, diversidad natural de las orientaciones sexuales y variedad de formas de la cópula de los amantes. En esta ocasión muestra, con realismo poético, un coito homosexual frontal y el de un trío.

La obra se apoya en gran medida en la fuerza de las imágenes, los gestos y la expresión corporal. El ritmo narrativo es pausado, sensual, elegante, poético y sugerente, de acuerdo con el sello estilístico del autor. La tensión dramática se basa en la soledad de Romain, la progresiva pérdida de facultades y la aparición de molestias crecientes. Los instintos de supervivencia se mantienen vivos en su afán de fotografiar todo lo que le interesa, su aceptación de dejar descendencia (sobrevivir a la muerte) y de fundirse con la naturaleza en un acto postrero de fe.

La fotografía usa colores predominántemente cálidos, tonos pálidos, luces suaves y contraluces rotundos. El guión explora el mundo interior del protagonista en una situación límite. La interpretación es sobria y correcta. La dirección crea una obra de apariencia sencilla, rica en sugerencias e interrogantes, que mueve a la reflexión. Una película que deberían buscar y reflexionar a partir de ahí, el valor de la vida en nuestras relaciones humanas

* * * 1/2 / 5

2 comentarios:

Anónimo dijo...

*-* Tengo Que Verla >_< Conseguirla... Obtenerla! #Ya



ramm dijo...

mi exnovia no quizo rentarla despues de leer sobre la homosexualidad del protagonista :/