Recomendación de la semana: Los Abrazos Rotos.

miércoles, 16 de junio de 2010

Una película que causó emoción el año pasado, sin duda fue, Los Abrazos rotos del maestro Almodóvar, lean este escrito y vayan a rentarla...

LOS ABRAZOS ROTOS, Pedro Almodóvar, 2009



Almodóvar alterna astutamente películas arriesgadas ("La ley del deseo", "Kika", "Hable con ella" o "La mala educación"), con otras más seguras ("Mujeres al borde de un ataque de nervios", "Carne trémula", "Todo sobre mi madre" o "Volver"). Los abrazos rotos es sin duda alguna una película de ruptura. El estilo Almodóvar despojado de muchos de sus aciertos habituales convirtiéndose en una película de autor de estilo claramente europeo.

Una fotografía de la Playa del Golfo en Lanzarote. Sobre la arena gris, a lo lejos, casi invisible, una pareja se abraza. Pedro Almodóvar ha pasado años dándole vueltas a esta imagen que un día se encontró por casualidad, tratando de confeccionar un guión de película que resolviera al fin las incógnitas que se le planteaban: quiénes eran, por qué se abrazaban, qué hacían allí o qué fue de ellos. Almodóvar necesita obsesionarse con sus historias hasta que éstas no le dejen dormir, pues sólo entonces se convence de que ha de grabar su película, a modo de exorcismo saludable.



En Los abrazos rotos, sin embargo, la autocomplacencia del director -que en otras de sus películas era perfectamente compatible con el deleite del público- se queda finalmente en un egocéntrico y emocionalmente hermético ejercicio de estilo vacío, que no provoca más que frustración y decepción en el espectador, ajeno a los supuestos vaivenes sentimentales de unos personajes desdibujados y a unas historias tan retorcidas como inverosímiles. Aunque me ha parecido bien resuelta técnicamente la película se repite en su esquema con todos los trabajos de Almodóvar: Personajes marcados por el dolor que según va trascurriendo la película nos desvelan a través de flashback el origen de ese dolor.

Todo parece marcado por la fatalidad y el drama, pero también por la comedia, y lograr que te sorprendan las carcajadas con las lágrimas todavía cayéndote por las mejillas no es frívolo. Almodóvar sigue sabiendo hacer de una conversación o un fotograma en negro, una lección de cine. Todo envuelto en la ensoñación y la melancolía del creador, también por la mejor banda sonora que yo haya oído de Iglesias, por una fotografía siempre superlativa y por la afectación del verdadero cine. Y en medio de ese remolino de sentimientos y sensaciones, el fantasma de la película Chicas y maletas (Mujeres al borde de un ataque de nervios), pero también esa imagen obsesiva del abrazo secreto en una playa de Lanzarote, guían el desarrollo en dos tiempos: uno personal y de reconciliación con el pasado y otro de avance hacia la oscuridad que esconde el futuro de un director que se atreve a pisar fuerte con una de las películas más complejas e inclasificables que haya dado el cine español.

2 comentarios:

nacho dijo...

el poster parece a Michael Jackson



Anónimo dijo...

Pénelope Cruz parece trasvesti.