Cada año conmemorando el Día Internacional de la lucha contra el VIH (SIDA)

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Después de no escribir en un buen rato regreso a colaborar para ustedes en un día marcado para algunos. Hoy se celebra el Día Internacional de la lucha con el VIH. El año pasado les había platicado de una película polémica por el tema y ahora les compartiré otra película. Me da mucho gusto regresar a trabajar en este portal esperando llevarles muchas recomendaciones de series y películas.


Los Testigos (Les témoins, Dir. André Téchiné, 2007)


A mediados de de los años ochenta un joven recién llegado a París se queda a vivir con su hermana. Empieza a experimentar allí la vida sexual de la ciudad. Manú, como se llama este jóven, será una de las personas de la primera generación que se infecta con el VIH. Los Testigos tiene todos los símbolos para convertirse en una película testimonio de un tiempo y de una generación. Testimonio del escalofrío, el dolor y la angustia de toda una generación de homosexuales que ve cómo de un día para otro una enfermedad desconocida que tiene algo de plaga bíblica arranca de cuajo no sólo sus vidas, sino sus formas de vida. Los encuentros furtivos en los parques, las fiestas alegres y desinhibidas, el sexo sin los prejuicios atávicos de la moral, la alegría de vivir, todo ahora se ve amenazado por el fantasma del contagio, y probablemente también por el fantasma de la culpa, la culpa de la homosexualidad, la homosexualidad como un castigo.

A mi el filme ha conseguido helarme la sangre, porque me ha transmitido el tormento que debió pasar la comunidad gay a mediados de los ochenta, un tormento que era doble, por una parte el enorme sufrimiento físico de una enfermedad tan misteriosa como mortal, y por otra el estigma de la exclusión social que acarreaba el padecerla.

La película, narrada a través de cuatro personajes muy bien desarrollados, en cuyo centro se encuentra Manu, un adonis que enamora básicamente por su belleza de ángel sexuado, nos cuenta la historia de unos seres sufrientes para quienes realidad y deseo casi nunca son una misma cosa. Téchiné tiene una sensibilidad especial para contar la dosis adicional de amargura que conlleva el amor homosexual, un amor que no se atreve a decir su nombre, un amor muchas veces oculto en un mundo macho, heterocéntrico y brutal. En esta ocasión el dolor adicional viene en forma de enfermedad física, una espina más en un camino lleno de espinas.

A Los Testigos sólo le podría achacar algunos problemas de ritmo, sobre todo hacia el final del metraje, que tal vez se alargue un poco. Por lo demás me parece una película excelente, un testimonio del sufrimiento de toda una generación. No me cansaré de recomendarla.

* * * * / 5


0 comentarios: