la trayectoria de la chancla, parte 2

viernes, 17 de diciembre de 2010

como en toda familia de alcurnia, estuve guardada un tiempo en mi casa, aprendiendo las buenas costumbres, bordado, a tocar el piano, a cocinar y todo eso que debe aprender toda señorita respetable. luego llegó el tiempo de las inscripciones a primaria y me mandaron con mi mochilota verde a probar suerte en sociedad.

de los primeros años no recuerdo mucho. me acuerdo de que un niño me preguntó si quería ser su novia y le dije que no porque en alguna ocasión le había oído a mi tía que ya nadie preguntaba eso. a lo mejor sin esa influencia habría sido una buguita hecha y derecha, pero pues ya ni llorar..., dicen.

me acuerdo también de que había un niño que me gustaba, se llamaba juan carlos. o juan pablo. no sé qué fue de él, creo que se convirtió en papa o algo así.

todo marchaba normal y bugamente hasta que me cambiaron de grupo. a medio curso me metieron a un salón donde yo no conocía a nadie. ahí la conocí. a esa niña de la que estuve enamorada desde segundo de primaria hasta como quinto semestre de prepa. en la universidad todavía me la encontré algunas veces y me puse toda mal.

morena, alta, delgada y con una sonrisa hermosa.

claro, en segundo de primaria no era todo eso. era quizá un aviso, pero no todo eso, ¿cuándo mide la gente en segundo de primaria?, ¿un metro?, ¿1.50? eso no es alta.
anyway... a esa edad era de esas niñas que te tocan inocentemente, te acomodan la diadema y te dicen: 'así me gustas más' (después de que te la acomodaron [la diadema]), y te dejan con una sonrisa gigante y de imbécil.

"así me gustas más". así me dijo, lo juro. en 19 o 20 años no se me ha olvidado. obviamente para ella fue como decir "así te ves menos culera", pero de manera gentil. pero a mí, que siempre he sido muy literal, me hizo sentir cosas. ¿cómo que le gustaba a una niña?

así que también se podía que te gustaran las niñas.
ah, pues entonces me gustaba ella.
ella y otra que nunca tuve idea de cómo se llamaba pero en un paseo a disney se subió a los carritos conmigo y estaba cachetoncita y tenía tupecito como de lucero (por aquí hay algún patrón).
ellas y otra chaparrita, flaquita y con nariz pequeña que siempre me dejaba jugar a que la ahorcaba. por cierto, hace como un mes la vi en la food court de un centro comercial y ¡¡¡¡quééééééééééééééé bien está!!!! tiene el tipo de juliette lewis, pero sin parecerse a tom hanks. y en joven, claro, como yo.
debí haberme acercado para jugar a ahorcarla.
a lo mejor ya no estaría soltera. o libre.


me gustaban ellas y varias otras, otras de las que ni siquiera me acuerdo, pero me acuerdo del método que tenía para saber si me gustaban o no. si podía imaginarme dándoles un beso, me gustaban. hasta tenía el escenario predestinado y todo. era una bardita que había junto a la explanada. si podía verme sentadita en esa barda besando a la otra niña, me gustaba.
nunca me imaginé besando a un niño.

ya de más grande, obviamente el método fue cambiando. no sólo ya no era en una bardita, sino que más adelante fue... si me podía imaginar manoseando a una muchachita, entonces me gustaba; luego, si me visualizaba fajando con una; luego, si nos imaginaba cogiendo; más tarde, si nos imaginaba durmiendo juntas mucho tiempo. ahora sé que estoy enamorada cuando nos imagino peleando y gritoneándonos en la vía pública, pero eso es ahora, y con la primaria no tiene nada que ver.

fue una buena época, de gustar calladamente de las niñas, y sin esconder nada, sin buscar nada.
de ahí no quedó mucho más que unas fotos... por ahí hay una donde estoy ahorcando a la que ahorcaba, y de la del tupé de lucerito tengo una foto con tribilín, pero después ya ni me interesaban.
la que sí es la que me acomodó la diadema.

por ella me iba a morir como por nadie, nunca, en la secundaria. y en la secundaria, como ya estaba más grandecita, ahí sí buscaba un poquito más, y me daba mis mañas para hacerla abrazarme.
pero en la secundaria, y esto era sobre la primaria.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como en toda familia de alcurnia... Muajajajaaaa. Muchachitas que se acercan a acomodarte el pelo. Muchachitas que se aproximan a una cercanía imprudente y peligrosa... ¿cómo no pasar tu lengua por su carita?...
¡OH!



Tania dijo...

¿por qué, por qué se acercan las niñas en la primaria y te dicen cosas extrañas para que luego uno quiera abrazarlas en la secundaria?

:) chido tu post. Me gusta.

Saludos



Nana dijo...

Me gusta, me acorde de mi historia, jaja aunque no es tan buena...



r dijo...

tocas el piano D:

8-)