sábado, 13 de junio de 2009

Convence a la Quinceañera (Cuento)


Yo sólo soy la niñera de la quinceañera. En realidad, la prima lejana de esta puberta que anda por ahí dando de gritos emocionada de ver vestidos pomposos ¬¬

Yo ya la conozco. No en vano hemos compartido cinco años juntas como familia y la he visto crecer. Le llevo sólo cuatro años pero ya pasé por esa etapa y ella igual estuvo conmigo, con su sabiduría de niña inocente. Ahora me toca a mí estar ahí para ella con la sabiduría adolescente.

Un día la sorprendí dándole de besos a sus muñecas… pero más sorpresa me llevé cuando vi que además estaba vestida con ropa de su hermano. La verdad me dio alivio y por un segundo me pregunté si inconcientemente yo había hecho algo para que pasara eso o debía ser que más bien la genética me apoya. Y claro le expliqué que no tenía que ser niño para poder besar otra niña.

Lesbiana como yo. Mi berrinchuda y querida prima no me dejará sola contra la familia para cuando salgamos del closet.

Ella no quiere chambelanes. Pero si quiere la fiesta y el vestido…
También quiere que su mejor amiga (que por cierto es un poco nerd), cante con ella una canción de esas que están de moda, que es de amor y que suena como “emo” comercial en español. Lo que solamente ella y yo sabemos, es que se le va a declarar a su amiga hoy y esa canción representará su unión afectiva de pubertas.

Me parece tierno. Lo que no me parece es que la amiga sea de ambiente. Mi radar no es tan malo y algo me dice que mi prima se llevará su primera decepción. Yo le pedí que esperara pero tan segura está que la amiga la quiere más de lo que aparenta, que se lo dirá en cuanto tenga oportunidad.

Por cierto… ya no la escucho molestar. Y la amiga tampoco está. De pronto mi prima sale de un vestidor envuelta en un llanto silencioso… y la amiga con cara de culpa me lo dice todo.

Inmediatamente le pido a mi tía que me deje ir. Ella accede, claro, soy el supuesto buen ejemplo de la “pequeña”.

La encuentro y me cuenta que la amiga le dijo amablemente que ella no era “así”, pero que se alegraba de saberlo y no la dejaría de querer COMO AMIGA. (Al menos resultó madura y sí aprecia a mi prima)

Yo trato de consolarla con la sabiduría adolescente.

- Se vale también decir que no quieres. No es sólo que no es gay… igual una chava gay te dirá alguna vez que no. ¡Y se vale! No porque tú quieras que algo pase va a pasar…

Pero creo que no fue una buena manera de explicar lo que realmente quería enseñarle. Ella se echo a llorar con fuerza… ¡Trata de explicarle a una quinceañera caprichosa estas cosas!

Sólo se me ocurre abrazarla. Cuando al fin se calma me separo… y en un intento desesperado de dejarle algo “sabio” en su pubertad… junto mis labios con los suyos.

Ya es hora de complicarle las cosas a ella… y a mí.

Solo así se aprende.

15 comentarios:

  1. BUENISIMO
    en serio, muy bueno
    ovaciones de pie

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  2. me gusto mucho la redaccion
    y el plot tambien esta muy bueno
    kudos

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  3. está muy bueno su cuento *----*
    Ojalá le escriba una continuació o simplemente escriba otro (=

    Saludos!

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  4. seeeeeeeeee... muy bueno, a mí también me encantó...

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  5. No mames! Me encantó.

    Me gustó mucho.

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  6. me encanto :D y una continuasion no estaria nada mal :D
    saludos!

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  7. wow
    amo tus historias
    de veras, esta no la habia leido, y me encanto, oww que lindo ^^

    que gay soy!

    y me encanta
    jijij

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