- ¡Ay no! ¿Por qué la invitaste? ¡¿Qué tal que se enamora de mí?!
- Tranquila, a ella no le gusta la naranja *apunta las caderas de la otra*
En definitivo, ser gay no es sinónimo de estar ciego y mucho menos de tener mal gusto.
No hay nada que me enoje tanto como esa actitud en algunos “heterosexuales” –bueno sí, que no me salga tazo en los Cheetos-.
Cómo sea…
¡Felicidades a Gaycolectivo por ser tan machos!
Ok, no, de cualquier manera felicidades.
Cof fiesta cof.