Si quieres leer la primera parte, la encuentras acá.
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Me dijo que no podría ofrecerme más que una amistad y que eso
era todo.
Le dije que estaba bien y que no lo volvería a molestar con eso. Pensé por algunos momentos que eran celos de amigo. Eso era lo que yo quería pensar y hacerme creer.
Pasó el tiempo y peores depresiones le venían, peores por que Edd se alejó definitivamente. Peores porque siempre fue
depresivo y sólo necesitaba motivos. Y ahí estaba yo, apoyándolo, siendo su apoyo y consejero. Pero ¿qué podía yo aconsejar? si estaba cada vez peor, cada vez más atado a él.
Pasó el tiempo. Días, semanas, meses. Pasó un
año de muchos momentos agradables junto a él, cualquiera diría que éramos novios. Pero no todo fue así tan lindo. También hubo discusiones, volvían las depresiones, volvieron peor. Y de pronto llegó un momento en que yo era igual que él. Deprimido a cada rato. Deprimido mientras él estaba bien y bien mientras él estaba deprimido. Me alejé de mucha gente y mi personalidad cambió mucho, mis costumbres, mis hábitos y mi forma de ser.
En ese tiempo yo ya vivía solo y él varias veces se quedó en mi casa a dormir y para mí era tan pero tan lindo
contemplarlo mientras dormía y soñar con una vida juntos, o un pedazo de vida, o tan solo un pequeño instante.
Una de esas tantas veces que se quedó, con el pretexto de estudiar, sucedió todo, menos eso. Fue un momento de calentura. Un momento raro. Un momento que a pesar de haber imaginado algo junto a él, nunca había estado presente el pensamiento de lo
sexual. Al otro día. por supuesto que no hicimos el examen y se platicó acerca de.
Eso fue un parteaguas en la amistad. Ya que aunque se decidió dejar eso como algo aparte, casi como un "eso no pasó" fue algo que empezó a
fracturar todo poco a poco. Una pequeña grieta casi imperceptible pero que fue el comienzo de todo el fin.
Las diferencias empezaron. Las discusiones. Los distanciamientos. Poco a poco empecé a caer en cuenta que no sólo era a partir de eso. Sino que siempre estuve tan
enamorado que me dejaba pisotear. Me dejaba lastimar y ahí volvía. Una gran venda me impedía ver el impresionante masoquismo mental al que me sometía.
Una vez durante un viaje al que fuimos juntos con varios compañeros de la escuela, el cual había estado muy chido, todo genial, terminó en fiesta. Tequila para celebrar y ya. Terminé yo muy mal, terminé
tan mal que en algún momento me paré, le reclamé de muchas cosas, y le hice el pancho más grande visto. Todo relativo a la plática que se efectuaba en ese momento, en la cual, casi todo lo que se decía eran indirectas hacia mí, fue por eso que reaccioné mal. Lo que decía era en cierta parte una burla hacia mí. Y yo lo sabía, él lo sabía.
A partir de entonces decidió no volverme a hablar nunca más. Ni siquiera se platicó acerca de eso. sólo dejó de hablarme, y los intentos que hice por que me dirigiera la palabra no funcionaron y entonces dejé todo por la paz. Ahí acabó una historia que duró dos años. Una gran amistad que así de rápido como empezó, así terminó.
Una amistad que empezó en ese camión rumbo a mi casa, y que terminó en un autobús de regreso a nuestro ciudad.Casi dos años me tomó superar eso, pues fue algo tan
intenso y la primera vez que entregué todos mis sentimientos aún sabiendo que no recibiría nada a cambio, pero eso no me importaba.
Al final de todo, todo lo aprendido, todo lo rescatado de eso hacen que él sea alguien que haya valido mucho la pena conocer y que a pesar de todo lo malo, todos los tragos amargos y desilusiones, siempre lo recordaré con mucho cariño. Pues todo lo bueno y chido que pasé con él supera en proporción a lo malo. Y sin dudarlo, puedo decir que siempre será mi
último mejor amigo.
FIN