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Oda al culo masculino

sábado, 20 de diciembre de 2008

Viene de DEFINITE

Pasados los 30 años y luego de haber cumplido con lo que se espera del varón promedio –esposa, hijos, hogar más o menos estable–, algunos hombres descubren que nada es lo que parecía y se reconocen gays.

El supuesto volantazo siempre tiene una historia silenciada....nadie “se hace”homosexual de un día para otro.

La primera vez que Daniel estuvo con un hombre tenía 39 años. Su compañero de trabajo le habló tanto de sexo en ese recorrido por el conurbano que se hizo evidente que Daniel, un hombre casado y con dos hijos, le gustaba.

Al roce de la pierna le siguió una escena más caliente en el auto.

Dos años más tarde,Daniel está divorciado, de novio con un joven de 24 y embarcado en una nueva vida, ya no como el heterosexual convencido que fue, sino como un gay que apenas empieza a vivir su nueva identidad.

Entre el laissez faire de las nuevas generaciones y los tapados que juegan a una doble vida, hay hombres que se asumen como gays pasados los 30, después de relacionarse solo con mujeres.

Para dar la noticia suelen decirles a sus amigos: “Me hice gay”.

¿Son, siempre lo fueron o efectivamente se hacen?

El ocultamiento de su deseo es común en los varones que tardaron años en reconocerse gays. El psicólogo Alejandro Viedma, sintetiza así el cambio de estos hombres y aclara que se trata de una generalización:

“En la mayoría ha habido un stand by en su sexualidad, una etapa larga en la que se negaron todo, no tuvieron nada con nadie –dice–. Luego viene una transición, en la que reina la confusión, y por fin la necesidad de probar. Piensan: si no pruebo, no sé”

En ese punto suelen acercarse a los grupos o al psicoanálisis.

Cuando sienten que ya no están en el menú binario, varón o mujer. Entonces, baja la estima. Hasta que comienzan a asumirse, conviven la angustia con el miedo de no ser “como el resto del mundo impone que sean”.

A Ramiro novias nunca le faltaron. A muchas, además de su ex esposa, las recuerda con cariño. Sobre todo a aquélla que le dio la certeza de su heterosexualidad.

Para Ramiro, la radical diferencia entre un cuerpo femenino y uno masculino se expresa a la hora de sexo.

“En el amor con uno y con otro género no cambia nada. El amor es igual. Pero se siente la diferencia en el cuerpo. Con un varón es otro el vigor, es una carga energética más marcada, una intensidad más contundente”, dice.

Esa diferencia es quizás la más difícil de explicar para los varones que se encuentran en la cama con otro varón después de mucho tiempo de sólo estar con mujeres.

Encontrar el lugar propio en esa aventura del cuerpo que es lanzarse al sexo con otro es la gran novedad a los treinta y pico, cuarenta y pico, para todos.

Daniel, el muchacho de Quilmes, lo explica apasionado por su definitivo descubrimiento:

“Creo que teniendo sexo con un hombre siento un placer físico inigualable y trasciendo a partir de eso en otros aspectos. Con un varón vibrás hasta con la célula del rincón mas alejado de tu pie izquierdo"

Luego continua:

"Lo fálico, por ejemplo, no me moviliza mucho. Lo mío es un culto al culo duro, a ese glúteo bien definido y el tema de entrar en el cuerpo de un tipo y sentirlo estremecerse por dentro, con esa mezcla entre goce y un poco de dolor. Me lleva a las nubes. Besarlo me descontrola”.

Daniel parece emular, a su manera, el poema de Paul Verlaine, Oda al culo masculino.

Ramiro siempre fue gay? ¿Se convirtió en gay? ¿Se asumió gay? ¿O terminó de descubrirse gay?

(Parte I articulo publicado en diario Critica , escrito por Cristian Alarcon )


Perdón por el post pirateado, pero lo veo muy interesante, me gustó mucho y no tengo mucho tiempo

¡Buen fin de semana!