Antier, como ya es bien sabido para estas horas, fue aprobado el matrimonio y adopción entre personas del mismo sexo dentro del Distrito Federal. El asunto me parece de suma importancia. No solamente se les ha reconocido un derecho a las parejas homosexuales –pues los derechos no se dan o se quitan, pues son intrínsecos al individuo- sino es un importante paso para la exterminación de la discriminación. Es un movimiento bastante agresivo de parte de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Sin embargo, es uno necesario. No se puede tener un cambio sin ser agresivo y, de cierto modo, radical –no refiriéndome solamente a este movimiento, sino a todo movimiento y todo cambio, sea institucional, social o personal. No podríamos pedir que se dieran poco a poco reconocimientos legales a las parejas homosexuales, se debían dar de un tirón fuerte y seguro.
El tema da para muchas suposiciones. Si bien ya hay otros países como España y Canadá quienes ya lo permitían desde antes, no podemos hacer una comparación exacta de que impacto social tendría dentro del territorio mexicano. Podríamos esperar una explosión inicial de discriminación, sin embargo, también podríamos esperar que con el tiempo, la sociedad llegue a aceptar y ver como común matrimonios y familias con cabeceras de familia integradas por personas del mismo sexo.
El matrimonio, si bien no define a una pareja, sí le da un valor legal a esta última. Se les da y otorga reconocimiento e igualdad ante la ley a ser tratados de la misma manera que una pareja heterosexual. El matrimonio no sólo es simbólico. Legalmente es un contrato entre dos personas que define obligaciones dentro del matrimonio y en caso de rompimiento de este. Dicho así, no parece mucho, pero define bastante. Define una división de bienes en caso de rompimiento de la pareja; otorga poder legal sobre los bienes del cónyuge; otorga poder de decisión en caso de emergencias y además, otorga poder sobre los hijos.
Esto último nos lleva a una segunda parte: la homoparentalidad. Hay muchas discusiones y puntos de vista sobre este tema. Muchos alegan que jamás un niño no podrá ser normal con padres del mismo sexo y que con mucha probabilidad será homosexual. Yo difiero. En primera instancia, la normalidad es subjetiva. Segundo, las normas sociales, las normas políticas y normas económicas, cuyas bases se dan dentro del núcleo familiar, son independientes de la preferencia sexual. La familia da las bases del comportamiento social, político y económico y las parejas homosexuales tienen el mismo riego y probabilidades de criar a un hijo con problemas y disfuncional en sociedad que una pareja heterosexual. Es decir, el hecho que una pareja sea homosexual, no significa que no pueda heredar bases sociales para que un individuo sea funcional dentro de sociedad, pues los tres aspectos básicos son independientes de preferencia sexual; tienen la misma probabilidad de éxito que una heterosexual.
El tercer aspecto me parece irrisorio pues, después de todo, la mayoría de los homosexuales a nivel mundial, han nacido y sido criados en matrimonios heterosexuales.
El único aspecto que me parece bastante delicado y que han traído a mi atención, es la transición que viene con un nuevo esquema. Si bien los matrimonios homosexuales tienen derecho a tener hijos, me parece que quienes tendrán un poco de problemas dentro de la transición, serán los hijos. Desgraciadamente vivimos en una sociedad donde la mayor parte de la sociedad ve este tipo de familias como anormales y eso puede perjudicar un poco al infante pues los padres heterosexuales tienen una alta probabilidad de transmitir a sus hijos ideas discriminatorias contra los hijos de los padres homosexuales. Sin embargo, es algo que pasa hoy día. Padres que indican a sus hijos no juntarse con hijos de padres de cierto grupo social y no será exclusivo hacia los hijos de padres homosexuales. Es un mal que viene con toda transición: la resistencia al cambio.
A pesar de todo, es un paso en la dirección correcta en la eliminación de la discriminación y en obtener el mismo trato legal sin importar preferencia sexual ni clase social.
PD. El último número de la Revista Knot tiene como tema central la homoparentalidad. Les recomiendo que den un vistazo a esta excelente revista.
El tema da para muchas suposiciones. Si bien ya hay otros países como España y Canadá quienes ya lo permitían desde antes, no podemos hacer una comparación exacta de que impacto social tendría dentro del territorio mexicano. Podríamos esperar una explosión inicial de discriminación, sin embargo, también podríamos esperar que con el tiempo, la sociedad llegue a aceptar y ver como común matrimonios y familias con cabeceras de familia integradas por personas del mismo sexo.
El matrimonio, si bien no define a una pareja, sí le da un valor legal a esta última. Se les da y otorga reconocimiento e igualdad ante la ley a ser tratados de la misma manera que una pareja heterosexual. El matrimonio no sólo es simbólico. Legalmente es un contrato entre dos personas que define obligaciones dentro del matrimonio y en caso de rompimiento de este. Dicho así, no parece mucho, pero define bastante. Define una división de bienes en caso de rompimiento de la pareja; otorga poder legal sobre los bienes del cónyuge; otorga poder de decisión en caso de emergencias y además, otorga poder sobre los hijos.
Esto último nos lleva a una segunda parte: la homoparentalidad. Hay muchas discusiones y puntos de vista sobre este tema. Muchos alegan que jamás un niño no podrá ser normal con padres del mismo sexo y que con mucha probabilidad será homosexual. Yo difiero. En primera instancia, la normalidad es subjetiva. Segundo, las normas sociales, las normas políticas y normas económicas, cuyas bases se dan dentro del núcleo familiar, son independientes de la preferencia sexual. La familia da las bases del comportamiento social, político y económico y las parejas homosexuales tienen el mismo riego y probabilidades de criar a un hijo con problemas y disfuncional en sociedad que una pareja heterosexual. Es decir, el hecho que una pareja sea homosexual, no significa que no pueda heredar bases sociales para que un individuo sea funcional dentro de sociedad, pues los tres aspectos básicos son independientes de preferencia sexual; tienen la misma probabilidad de éxito que una heterosexual.
El tercer aspecto me parece irrisorio pues, después de todo, la mayoría de los homosexuales a nivel mundial, han nacido y sido criados en matrimonios heterosexuales.
El único aspecto que me parece bastante delicado y que han traído a mi atención, es la transición que viene con un nuevo esquema. Si bien los matrimonios homosexuales tienen derecho a tener hijos, me parece que quienes tendrán un poco de problemas dentro de la transición, serán los hijos. Desgraciadamente vivimos en una sociedad donde la mayor parte de la sociedad ve este tipo de familias como anormales y eso puede perjudicar un poco al infante pues los padres heterosexuales tienen una alta probabilidad de transmitir a sus hijos ideas discriminatorias contra los hijos de los padres homosexuales. Sin embargo, es algo que pasa hoy día. Padres que indican a sus hijos no juntarse con hijos de padres de cierto grupo social y no será exclusivo hacia los hijos de padres homosexuales. Es un mal que viene con toda transición: la resistencia al cambio.
A pesar de todo, es un paso en la dirección correcta en la eliminación de la discriminación y en obtener el mismo trato legal sin importar preferencia sexual ni clase social.
PD. El último número de la Revista Knot tiene como tema central la homoparentalidad. Les recomiendo que den un vistazo a esta excelente revista.
3 comentarios:
Beckiee dijo...
Yo tambien creo que sera mas dificil para los hijos, ya que ellos no saben ni que rollo y sufriran de discriminacion por algo que ellos no decidieron (no digo que ser gay sea una decicion, si no a la parte de salir del closet y aceptar algunos comentarios discriminativos) en fin, espero que con el tiempo eso mejore y sea una sociedad con un porcentaje minimo de discriminacion.
Saludos y Feliz Navidad.
23 de diciembre de 2009, 23:14
Jaime Rivera dijo...
Ahora falta que los estados sigan el ejemplo puesto en el DF. Va a estar difícil, pero es el siguiente paso.
Feliz Navidad.
24 de diciembre de 2009, 0:41
---___--- dijo...
gracias por el link!
25 de diciembre de 2009, 10:19
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