Carlo

Exactamente el día de su muerte no lo sé, mucho menos el lugar en el que lo enterraron, bueno... tampoco supe el modo en el que murió; lo que sí supe era que hacía los mejores mojitos del mundo, como DJ Greka Divine siempre prendía a la gente sin importar el tipo de público que asistiera, como artista visual era un chingón, sus obras de arte contenían tanto estética como belleza y una gran carga discursiva, solamente bastaba hacerle un análisis semiótico para darse cuenta de ello.

Cuando lo conocí le tuve miedo, tenía el cabello rapado con forma de grecas que complementaba su casi frondosa barba, se paró hasta lo más alto de las escaleras del segundo piso y habló firme ante todos los alumnos de nuevo ingreso, no titubeó ni un momento, realmente era una persona que imponía con su presencia.

Lo dejé de ver casi un año pues me dí de baja en la escuela, cuando regresé a estudiar no lo ubicaba en la escuela y creí que él ya no estudiaba ahí, no le di tanta importancia y decidí que no perdería el tiempo así que me hice socio de una galería hasta que un buen día armando una exposición lo vi llegar, ya no tenía las grecas en el cabello pero conservaba la barba, tuve cierto temor al hablarle; se puso a coser unas cortinas, traía las uñas largas y no dejaba de reir cuando estaba con Kanek, su mejor amigo, fue entonces que me enteré que era gay y, contrario a todo lo que pensaba, podría causar cualquier cosa excepto miedo o alguna otra sensición que pueda ser concebida como mala: dolor, odio, rencor, etcétera.

Nos llevamos muy bien, me explicó mucho acerca de cómo pensaban ciertos artistas y de qué manera podría lograr que mi obra funcionara, nunca me dijo que hacer, él sabía que soy demasiado individual y había que respetarme como a él lo respeté siempre; lo quiero tanto y me inspiraba tanta confianza que era yo quien lo abrazaba e incluso, en ciertas ocasiones, le besaba la mejilla al saludarlo o despedirnos, mientras él sólo reía mientras me correspondía, nunca tuvo un pensamiento o reacción lasciva conmigo.

En el momento que recibí la llamada no supe que hacer cuando escuché "Le detectaron a Carlo cáncer de hígado, según investigué es muy cabrón y casi nadie sobrevive", creía firmemente en que él sí libraría el cáncer, no me preocupé, así que tampoco fui a verlo al hospital, días después ya estaba en casa; era obvio que ya no iría a la galería ni a la escuela por la enfermedad, pero no tuve más noticias de él, supuse que todo marchaba favorablemente... bueno, es obvio ahora que me equivoqué.


Ayer en la escuela le dedicaron una conferencia (supongo), era un In Memorian a su persona, desconozco si él entendería la razón por la que no fui (la misma por la que no lo visité en el hospital), pero estoy seguro que la comprendería y la aceptaría, aún cuando en vez de hacer lo común socialmente, decidí comer y beber toda la noche no en su honor, pero sí recordándolo.

Megah