¿Te has visto últimamente en el espejo? ¿Te has recordado quien eres en realidad? Hoy era un día de esos en los que mis ganas de despertar eran nulas, me paré por que no tenía más opción y por que no quería que se me hiciera tarde. El desgano me llevó a tomar la ropa que tenia en mano y no me puse a decidir que era lo que mejor me quedaba. Me bañé y al salir, me topé con algo que me hace despertar y es verme en el espejo. A veces dejamos de lado aquello llamado autoconcepto y sumamos a nuestra rutina cotidiana algo que olvidamos. Nos olvidamos de nosotros mismos.
El autoconcepto podemos definirlo como el conjunto de imágenes, pensamientos y sentimientos que el individuo tiene de sí mismo. Generalmente se vincula con la imagen corporal, la identidad social, los valores, las habilidades o los rasgos que el individuo considera que posee. El autoestima viene siendo la suma de valores positivos y negativos que valoramos a nuestra persona.
El autoconcepto podemos definirlo como el conjunto de imágenes, pensamientos y sentimientos que el individuo tiene de sí mismo. Generalmente se vincula con la imagen corporal, la identidad social, los valores, las habilidades o los rasgos que el individuo considera que posee. El autoestima viene siendo la suma de valores positivos y negativos que valoramos a nuestra persona.
El autoconocernos también puede ayudar en problemas de salud que a veces nosotros mismos generamos. Nos dejamos llevar por lo cotidiano y le damos importancia al trabajo y dejamos de lado la salud: Dejamos de comer a nuestras horas, le quitamos horas al descanso y el estrés domina nuestro bienestar. Estos pequeños detalles aunque parezcan que no tienen unión con el autoconcepto, si lo tiene. Nos olvidamos tanto de quienes somos que nos mimetizamos con lo cotidiano y dejamos de fijarnos en nosotros mismos.
Lo que yo te aconsejo en primer lugar es que te conozcas a ti mismo y esa será tu mayor cualidad. Una persona que tiene muy bien definido quien es no deja que se impongan máscaras como las que se ponen en cierta manera para la pertenencia a un grupo, para darle gusto a la familia en actitudes y acciones que no son bien vistas y sobre todo, conocerse. Debemos de tener un diálogo muy a menudo con nuestro ser, por que sólo nosotros podemos ver quienes somos en realidad.
A veces es bueno darnos un respiro de cinco minutos, ubicarnos en nosotros mismos y responder a los diversos factores cotidianos a consciencia pura de que muchas acciones nos pueden hacer daño o beneficiar. ¿Qué tanto te quieres a ti mismo? ¿Qué tanto ves por ti diario? Sería bueno que te lo preguntaras también al despertar.
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Gus Barrientos. Alumno de Teatro de la Universidad de las Américas Puebla, Presidente de la Asociación Estudiantil Diversitas y colaborador del Centro de Sexualidades Erósfera http://www.erosferaweb.org/
4 comentarios:
Lalo dijo...
Mis amigos me acaban de tachar de ser un pinche superficial.
Y mi autostima está por los suelos, snif
9 de septiembre de 2009, 15:23
Anónimo dijo...
Creo que te amo.
Te amo porque yo no sé quién soy.
Y siempre me olvido de mí. Mis manos no son mías. Mi cabello es extraño. Cómo se puede tomar conciencia de si mismo?
No sé cómo.
Irenee
9 de septiembre de 2009, 23:08
«j·m·p...» dijo...
o sea… hay que pasar de un hedonismo automático hacia un hedonismo consciente?
Suena bien, aunque esa inconsciencia ha sido parte de nosotros por los últimos años… creo que hay que comenzar a cambiarlo y ser nosotros por nosotros y no como resultado de algo más, a veces ajeno.
10 de septiembre de 2009, 11:20
ge zeta dijo...
Estoy de acuerdo con que sí, hay que pasar al hedonismo consciente, como dijo el chuiii
11 de septiembre de 2009, 10:09
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