la trayectoria de la chancla, parte 1

en donde se da cuenta de cómo una de las preguntas más confusas que le han hecho, hicieron que lluviecito recordara sus primeros acercamientos con la homosexualidad y el evento que marcaría su vida de por vida (sí, así tal cual)

la semana pasada una muchacha me preguntó desde cuándo soy gay. pensé en contarle la historia de cuando me mordió la lesbiana que había sido objeto de experimentos radiactivos y me dio mi superpoder. o la de la vampira que me mordió el cuello (sí, me gustan las mordidas) y me obligó a morderla (sí, me gustan mucho las mordidas) y con el intercambio de mordidas y sangre me convirtió en una de su especie. y yo a ella de las de la mía, gente con el colesterol alto.
o de la lesbiana zombie, mi favorita.
pude haberle contado cualquiera de esas historias de mordidas, pero ante el temor de que se le antojara ver de qué se trataba todo el argüende y me pidiera que la mordiera (ese día no tenía ganas de morder a nadie), me decidí por contarle la historia verdadera.

yo soy gay sólo porque las circunstancias me han orillado a ello. resulta que en alguna ocasión, cuando aún no era gay y paseaba junto a un grupo de amigas perfectamente bugas, alguien preguntó a dónde íbamos, y a alguien más se le ocurrió la finísima respuesta de que a donde apuntara la chancla. inmediatamente, apunté hacia el lugar a donde quería ir yo.
no lo hice por chancla, de veras; lo hice sólo porque era evidente que nadie más tenía voluntad de decidir a dónde. yo sí. yo quería ir a la banca por donde pasaba la muchacha que me gustaba.

a partir de esa ocasión me fui forjando mi fama de chancla y, como ya mencioné en el post pasado, a fuerza de evocaciones me fui convirtiendo en una chancla, hecha y derecha.

seguramente la muchacha esta que me preguntó quería una historia fascinante de ese estilo. obviamente no se la conté. en parte porque había mucho ruido, en parte porque estaba demasiado borracha y cansada para mantener una conversación tan larga.

sólo le dije que desde que me empezó a gustar la gente, me gustó una niña.

estaba en primero de kinder, casi ni me acuerdo, a pesar de que fue hace muy poco. es de los primeros recuerdos que tengo de mí fuera de mi casa, del entorno familiar. creo, para eso es el kinder. desarrollos de habilidades y esas cosas.

pues yo fui a iniciar el desarrollo de mi habilidad lésbica.

me gustaba un niño, sí, se llamaba abel. tenía cara de mensito y era moreno y lacio.

pero también me gustaba una niña que se llamaba alma. ¡¡¡tenía unas piernas!!!

¡¡no es cierto!! o sea, sí tenía piernas pero no me fijaba en eso -_-'

tenía su carita toda bonita, parecía muñeca. tenía cara de niña buena, bonita. blanca, blanca y con chapetitos.

nunca le hablé a ninguno de los dos, porque también estaba empezando a desarrollar mis habilidades de creep que namás stalkea.

nunca le dije a nadie que me gustaba una niña, porque también estaba empezando a desarrollar mis habilidades de closet. a esa edad no creo que haya tenido mucha conciencia moral (no hacía mucho me había levantado el vestido en la calle para presumir, cantando, que no traía calzón).

no era una mochita, pues. sólo no creo que se me hubiera ocurrido que también existía la atracción de niña a niña.

casi no me acuerdo qué pasó; seguramente me puse una de esas pedas soberbias y perdí el conocimiento; cuando desperté, ya estaba en segundo; con otra maestra y con un grupo de niños y un salón diferentes. era el mismo kinder pero jamás volví a ver a abel ni a alma. alma, que la verdad también tenía cara de mensita.

en segundo tuve mi primera experiencia con una de esas mujeres conocidas como tease. esas que se acercan a una o dejan que una se acerque nomás para irse repentinamente cuando una está más mensamente confiada, a gusto y/o ilusionada.

hablo de una época de mi vida en la que, claro, mucha malicia no había. la niña, que se llamaba paola, por cierto, no me gustaba ni poquito.

aunque he de confesar que en ese entonces yo vivía un poco confundida... cofcof me gustaba ese poodle evasor de impuestos conocido como laureano brizuela cofcofcof.

bueno, la historia con esta niña empezó el día que se incorporó al grupo en el que yo estaba. estábamos sentados todos en medio círculo frente al pizarrón y llegó. era morena y cachetona, con pelito lacio. la maestra nos la presentó y le indicó dónde sentarse. paola la ignoró. tomó la sillita que estaba libre y la puso junto a mí.

me sentí especial. fuimos amigas de esas que van a todos lados juntas yo creo que nada más unos tres días. un día, de la nada, no sólo no andaba conmigo en el recreo, sino que me ignoraba. y ya andaba con otra niña que ni sé quién era pero de seguro no era tan especial como yo u_u

a partir de entonces, y responsabilizo completamente a paola por ello, tengo una fijación por las mujeres que me tratan mal y siempre que milagrosamente entablo una relación con alguna, vivo con el temor constante de que al tercer día me deje por otra niña menos especial.

es todo lo que me acuerdo de mi jotez en el kinder. bueno, eso y el fracaso que fui cuando me eligieron para estar en la escolta.

oh, y que me tuvieron que OBLIGAR para accediera, por única vez, a disfrazarme en uno de esos festivales de primavera (que me parecían ridículos), y aun así dejé que mi perenne masculinidad se sobrepusiera a mi incipiente femineidad.

hint: noten el paradito con las patas abiertas y los brazos ligeramente separados del torso, como buscando pleito, seguramente retando al fotógrafo... "¡¡¡qué me ves, wey!!! sí, ya sé que me está deteniendo un cuerpo sin cabeza pero no me da miedo, ¡¡¡y qué!!!"

lo bueno es que cara de mensita nunca tuve.

bueno, suficiente por hoy. en la próxima entrega, mis joterías de primaria. stay tuned.