Salir del closet no es lo mismo que convertirse en gay

Anteayer, platicaba con mi [inserte titulo aquí], y salió de pronto el tema de que en su cuadra el chisme más sonado en la semana es que su vecino se salió de su casa, donde vivía con su esposa e hijos para irse con su amante.

Este sería un tema nada nuevo para todos en la historia de los vecinos que se salen de su casa donde vivían con su esposa e hijos para irse con su amante, de no ser, porque su amante es ÉL y no ELLA.

Bueno, pues ahí todos dicen que él se volvió puto, que dejó a su familia porque le empezó a tronar la reversa, que de repente ya no le gustaba la vainilla y ahora el chocolate, y ya saben, un montón de cosas así. Pero nadie, pensó tal vez, que no se volvió gay, sino que así era desde siempre y que ahora sólo decidió aceptarlo.

Sin afán de menospreciar la opinión de las personas (hétero generalmente) que dicen que el entorno social afecta y que por eso muchos “se vuelven” gays y shalalá shalalá, y sin afán tampoco de sonar bien azotado y de que mi verdad es absoluta, diré que: Necesitarían ser gays para poder entenderlo mejor (hago énfasis en “mejor”, tampoco quiere decir que no entenderán).

Donde creo que el entorno social afecta, es en la decisión precisamente de cuándo o cómo salir. De aquí, que haya ahora muchos chavitos que desde los 12 o 13 años deciden aceptarse como son o que gente de 40 años o más salgan hasta que tienen esa edad.

Muchas veces, ya dije, cuando uno está en el closet cree que “eso de que a uno le gusten los del mismo sexo” es cosa pasajera, y que masturbarse pensando en otros hombres es “normal” y que pronto pasará, y que tendremos novia y luego nos casaremos y tendremos hijos y seremos felices.

No sé qué tan en desacuerdo estoy en la gente que hace eso, lastimando a su familia cuando deciden aceptarse. Y digo “no sé qué tan” porque de repente se vuelve algo inconsciente eso de querer taparle el ojo al macho. Nos negamos tanto la verdad que después de un tiempo creemos que sí somos heteros (Y no es por defender, pero si a mí me costó mucho enfrentarme a 17-18 años de prejuicios, dudas y preguntas, imaginen lo que deben de ser 40). Y obvio sí, viene la parte esa en donde me pongo a pensar en lo que debe sufrir las familia y todo eso. Pero digo: ¿sufren más por el hecho de que sea gay o porque se haya ido con alguien más?

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Pero bueno, como ya me estoy haciendo muchas bolas (Hola Xellif) concluyo antes de que se pierdan más.

El punto ¡Sí, hay un punto! Es que estoy más en desacuerdo con el hecho del abandono de la pareja y los hijos, y no tanto en el hecho de que sea gay, porque como ya dije es algo un tanto inconsciente que no podemos evitar. Aunque claro, la duda está ahí siempre y no es justo, ni para nosotros, ni para la otra persona, engañar de esa forma con lo que nos gusta, e irnos con melón o con sandía si lo que a nosotros nos gusta es la vieja del otro día día.

¿Y vosotros qué opináis?